Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con deslumbrante maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://montyntyu705979.blog5.net/86743496/zidane-y-el-cabezazo-que-definió-su-despedida