Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como https://victorzqnc138910.bloggazza.com/37366968/la-última-jugada-de-zidane-su-cabezazo-histórico